Una situación que genera un entorno nocivo entre el resto de
alumnos y que es necesario erradicar. "Estamos notando un incremento de
las denuncias de padres con niñas de 9 o 10 años que aseguran que están siendo
acosadas, pero en cuanto vamos al colegio y empezamos a escarbar un poco nos
damos cuenta de que no hay tal acoso, sino una rivalidad entre dos niñas con un
perfil muy fuerte: Se pelean, se insultan y se lo cuentan a sus padres que
creen que hay una realidad que no es.”
Este tipo de situaciones empiezan a darse a los nueve o diez
años - cuando las niñas están en tercero o cuarto de Primaria - y siguen
reproduciéndose durante los primeros cursos de secundaria.
La Consejería de Educación detecta e interviene en un
promedio de cinco o seis casos de acoso escolar por curso, y las cifras se
mantienen estables. Estas son sólo las situaciones que los expertos de la
Unidad de Convivencia verifican y catalogan como tales. Llamadas de padres que
aseguran que sus hijos son víctimas hay muchas más, pero tras investigar en el
centro escolar se descubre que no se trata de acoso, sino de rivalidad extrema
entre niñas.
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